[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Las tendencias de primavera lo dejan claro: de entre todos los colores que estarán en boga de cara a la próxima temporada, el rosa se postula como uno de los más potentes de 2021. Así, al menos, lo hemos visto en la pasarela de la mano de firmas como Chanel, Prada, Chloé, Valentino o Philosophy by Lorenzo Serafini, entre otras muchas, que apuestan por diferentes intensidades y declinaciones de un mismo tono. Ante este panorama cabe preguntarse ¿qué tiene este color que a todas nos cautiva? Porque aunque las prendas rosa son uno de los clásicos cuando se aproxima el buen tiempo, lo cierto es que, durante los meses de frío, suele perder parte de su influjo. Algo que, a la vista está, no ha sucedido este invierno. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]En mayor o menor medida, a través de pequeñas pinceladas, en los accesorios o incluso en forma de total look, la inspiración Barbie ha sido la favorita de insiders y prescriptoras de estilo, que han apostado por combinarlo con casi cualquier tono de la paleta porque –y quizá esta es una de las claves de su éxito–, el rosa admite cualquier acompañante y favorece a todas, sea cual sea tu tono de piel.
Asociado culturalmente a las mujeres y a la infancia, este tono tiene el poder seductor del rojo sin su potencia y la delicadeza del blanco sin su formalidad. Desde el empolvado más delicado hasta el fucsia más vibrante, todas sus declinaciones funcionan y son imprescindibles en cualquier colección de primavera. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1613389404174{background-image: url(https://adictic.com/wp-content/uploads/2021/02/int.jpg?id=6620) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
Asociado culturalmente a las mujeres y a la infancia, el rosa tiene el poder seductor del rojo sin su potencia y la delicadeza del blanco sin su formalidad.
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A lo largo de la historia de la moda, el rosa ha marcado muchos momentos para recordar. Desde su presencia en la estética ultrafemenina de los años 50, hasta el poder reivindicativo del fucsia de 2020 y el Millenial Pink, pocas tonalidades esconden tantos significados. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Si recurrimos a la psicología del color, el rosa es un tono optimista y, quizá, su aparición en las pasarelas tenga más sentido que nunca en esta primavera que empezamos a palpar y que regresa necesitada de una inyección de positivismo. Porque, ya lo cantaba Édith Piaf en “La vie en rose”, la canción con la que conquistó el mundo.
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Fotos: Cortesía de Vogue.com.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]