[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Ya es oficial, a falta de dos semanas de la celebración de las elecciones en Estados Unidos, el rosa es el nuevo tono del activismo político en la moda. La semana pasada, celebrities norteamericanas como Kerry Washington, Amy Schummer y Zoe Saldana colgaron, en sus cuentas de Instagram, selfies en los que las tres llevaban trajes de chaqueta y pantalón en color fucsia. Los outfits pertenecen a la colección de Supermajority, una firma estadounidense apoyada por Planet Parenthood, Black Lives Matter y The national domestic workers alliance, que impulsa a las mujeres a reivindicar sus derechos y su posición política. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]En 2020, el rosa se ha convertido en el tono disruptor, el color del cambio para muchas personas alrededor del mundo, pero sobre todo en Estados Unidos, donde cada vez son más las voces que reclaman cambios en el sistema político del país.
Hillary Clinton, cuyo traje de chaqueta se ha convertido en un buque insignia de la marca, compartía fotos de las fundadoras de Supermajority en su feed de Instagram y decía lo siguiente: “Adoro este traje de chaqueta y las mujeres que lo llevan”. El traje de chaqueta en “political pink”, además, hace referencia a la marcha de mujeres que tuvo lugar en enero de 2017, durante la cual muchas llevaban un sombrero en este tono para expresar su solidaridad con la causa. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1603716117164{background-image: url(https://adictic.com/wp-content/uploads/2020/10/INT1-30.jpg?id=4320) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
En realidad, el rosa ha estado asociado a la política desde hace prácticamente un siglo y también ha servido para representar la lucha de las mujeres en todo el mundo contra el cáncer de mama.
[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»70″][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»80″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561554148183{padding-top: 80px !important;padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]De la misma manera que “Vote” se ha convertido en el eslogan de moda en este país, el “political pink” es, oficialmente, el color del activismo político. Sin embargo esto no es algo novedoso. En realidad, el rosa ha estado asociado a la política desde hace prácticamente un siglo y también ha servido para representar la lucha de las mujeres en todo el mundo contra el cáncer de mama. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]El “political pink”, además, se sitúa en el el extremo opuesto del apolítico “millenial pink”, que fue elegido como el pantone del año en los comienzos de Instagram. En 2016, el “rosa cuarzo” se popularizó gracias a uno de los tonos de iPhone, pero también a través de firmas de alta moda como Marc Jacobs o Balenciaga. En el cine, Wes Anderson fue uno de sus máximos representantes.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][gem_image position=»centered» src=»4321″][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=»bottom-to-top» css=».vc_custom_1561555563953{padding-top: 55px !important;padding-bottom: 10px !important;}»][vc_column offset=»vc_col-md-6″][gem_quote style=»1″ no_paddings=»1″ custom_style=»1″ background_color=»#000000″ text_color=»#ffffff» quote_color=»#656565″]
En 2020, el rosa se ha convertido en el tono disruptor, el color del cambio para muchas personas alrededor del mundo, pero sobre todo en Estados Unidos, donde cada vez son más las voces que reclaman cambios en el sistema político del país.
[/gem_quote][/vc_column][vc_column offset=»vc_col-md-6″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]En este contexto, la pregunta que nos surge es la siguiente. Teniendo en cuenta que el rosa y sus declinaciones han estado siempre asociados a los códigos estéticos femeninos, ¿cómo ha llegado a convertirse en el símbolo de la lucha feminista y del activismo político?
Hubo un tiempo en el que vestir pantalones fue una conquista feminista que nos abrió la puerta a entornos de poder cercenados para nosotras. Hoy son parte de la realidad de lo femenino y las puertas que quedan vamos a abrirlas sin tolerar que nos impongan más condicionantes estéticos, más derrotas simbólicas.
Fotos: Cortesía de Vogue.com.[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»50″][/vc_column][/vc_row]