[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Hay estampados que nunca pasan de moda. Entran en esta categoría las flores, las rayas marineras, la pata de gallo… y los cuadros vichy. ¿Qué tienen en común estos prints para que, pase el tiempo que pase, siempre resulten una buena opción? Fundamentalmente que todos ellos tienen un cariz básico que los convierte en una base segura para casi cualquier look. Además son fáciles de combinar, son elegantes y funcionan tanto como vaqueros como sobre un vestido sofisticado.
¿Y cuál es el origen de este print que, en parte, se popularizó como estampado estrella de los manteles de picnic? El cuadro vichy –también conocido como gingham–, tuvo su origen en la ciudad francesa con la que comparte nombre. En un primer momento, el estampado se utilizaba en manteles y servilletas. Pero desde 1946, en la época de la posguerra, se empezó a añadir este tipo de cuadros a las camisas de los hombres y mujeres que trabajaban en el campo.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]A mediados del XX, saltó del ámbito doméstico a la moda gracias al diseñador francés Jacques Esterel, quien, en 1959, creó para la boda de Brigitte Bardot y Jacques Charrier un original traje de novia con estampado de cuadros vichy en rosa y blanco y detalles de encaje. El modisto se saltó todos los estereotipos sobre el vestuario nupcial de la época y desde entonces, este print se asoció a la icónica actriz francesa y se convirtió en símbolo de la eterna feminidad.
Desde entonces, este estampado ha ido regresando casi cada temporada con la llegada del buen tiempo. Porque, con permiso de las rayas marineras, no existe otro print que nos hable más de verano que el de los cuadros vichy. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1613988562018{background-image: url(https://adictic.com/wp-content/uploads/2021/02/int1-12.jpg?id=6696) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
Hay estampados que nunca pasan de moda. Entran en esta categoría las flores, las rayas marineras, la pata de gallo… y los cuadros vichy. ¿Qué tienen en común estos prints para que, pase el tiempo que pase, siempre resulten una buena opción?
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En cuanto a su manual de estilo, los cuadros vichy han sabido mantener su esencia campestre pero adaptándose a las prendas más urbanitas y es ahí donde, en gran medida, reside su poder. Sabine Socol o Jeanne Damas son algunas de las prescriptoras de estilo francesas en las que fijarse para adaptar este estampado al 2021 en el que, lo mismo impregna un vestido naif que unos pantalones para ir a la oficina. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Los tonos pastel, tendencia importante de la primavera, también tiñen un estampado cuya esencia fundamentalmente femenina y su gran versatilidad los convierte en aliados infalibles del buen tiempo. Combínalos con prendas de espíritu mediterráneo que recuerden a sus orígenes o prueba a reinventar el clásico con prendas más atrevidas porque, los lleves como los lleves, será un acierto seguro.
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Fotos: Cortesía de Vogue.com.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
