Es uno de los pocos ganadores en el tablero internacional de 2020. Nike dio a conocer los resultados económicos de su segundo trimestre (concluido el 30 de noviembre) el pasado viernes, y las cifras no podían haber ido mejor, dadas las circunstancias. Ha aumentado sus ventas un 9% y su beneficio un 12%. La facturación llegó a los 11.243 millones de dólares, frente a los 10.236 millones del mismo periodo del año anterior. Y lo ha hecho gracias a sus canales de distribución propios, sobre todo el e-commerce (aumento del 84%) y las tiendas propias (aumento del 32%).
La empresa ha señalado que crece en todas las áreas geográficas. Sin embargo, América del Norte es donde menos lo hace, con sólo un 1%. En EMEA aumenta un 17% y, aunque en la región Asia-Pacífico la evolución fue plana, China se constituyó como la excepción y la joya de la corona, con un aumento del 24%.
En el segundo trimestre, su inventario se redujo un 2% respecto al primero. Las promociones han sido parte de su estrategia para ello, y son una de las razones por las que el margen bruto de la compañía con sede de Beaverton (Oregon) haya caído 90 puntos básicos, hasta el 43,1%.
Nike se sitúa así como el principal valor de la multinacional. Por el contrario, Converse, marca de la que también es propietaria, ha reducido sus ventas un 1%, de los 480 millones de dólares a los 476.
Todas estas cifras no engloban la campaña de Navidad y, en palabras de John Donahoe, presidente y director ejecutivo de Nike, colocan a la compañía en una sólida situación financiera.
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