[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Hace unos días, Bill Gates alertaba de que el cambio climático podría tener efectos mucho peores que la pandemia y antes de lo que imaginamos. En términos generales, ¿qué llevamos haciendo mal tanto tiempo para que no haya vuelta atrás?Llevamos haciendo las cosas muy mal durante décadas. Hemos creído que los recursos eran ilimitados y le hemos exigido un esfuerzo a la tierra por encima de sus capacidades hasta llevarla a una situación insostenible. En 2019 el Día de la sobrecapacidad de la Tierra fue el 29 de julio, lo que significa que a mitad de año ya se había agotado el presupuesto ecológico del año, algo alarmante porque su fecha se ha adelantado dos meses en los últimos veinte años.
Otra cosa que es nefasta es que, en las últimas décadas, la industria low-cost que impregna todos los sectores ha marcado unos precios tan bajos que ahora los consumidores parametrizamos si algo es caro o barato en relación a esos precios tan ridículos. Ahora toca reeducarnos en precios justos y es una labor titánica porque la gente se siente confundida y les cuesta pagar más porque piensan que todo el margen de más es para sufragar coste de marketing o puro beneficio.
Hemos hablado con diseñadores que aseguran que la moda no puede ser cien por cien sostenible porque, en sí misma, la moda no es sostenible. ¿Qué opinas de esta afirmación? Estoy de acuerdo. A día de hoy, cualquier producción va a implicar el consiguiente gasto de energía y recursos, por mínimos que estos sean y aunque las empresas trabajen con procesos y materias primas sostenibles, sigue habiendo una huella por mínima que sea.
Además, la Comisión Europea alerta de los peligros del incremento del “greenwashing” con lo que nos lleva a plantearnos si, realmente, el consumidor puede estar seguro de que la prenda que está comprando es realmente sostenible. ¿Es necesario estar muy puesto para comprar ropa sostenible? De un tiempo a esta parte, cada vez más consumidores están interesados en comida real o en saber interpretar los códigos INCI de los productos de higiene que compran. En redes sociales hay muchos perfiles divulgando información sobre ello y los consumidores están interesados. También es cierto que no todo lo que se lee es totalmente cierto, pero es indudable que la gente quiere saber. ¿Por qué no trasladar ese mismo interés hacia la moda? Aprender a leer etiquetas nos ayudará a interpretar información valiosa. Cierto es que dan una información parcial pero a través de la materia prima empleada y del país de fabricación podemos deducir datos importantes, que nos pueden ayudar a tomar mejores decisiones. No hay que ser un experto, pero sí ser curioso para que no nos tomen el pelo e identifiquemos el greenwashing, que la mayor parte de las veces es bastante evidente: saber es poder. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]En este contexto, ¿qué opinas sobre las grandes multinacionales textiles? ¿es clave su transformación en la moda del futuro? Claro que sí. Son los que más producen y han servido de espejo para otras empresas que han replicado su modelo de negocio por lo que lograr que ellos cambien verdaderamente puede ayudar a ejercer efecto dominó sobre otras empresas sobre cómo hacer un cambio en su modelo empresarial.
¿Desde cuándo te interesa la moda sostenible? ¿Por qué te decidiste a escribir un libro sobre ello? Mi interés por transformar mi relación con la moda y el consumo en general hacia un consumo inteligente y consciente comenzó aproximadamente hace 5 años. No hubo un clic concreto, sino la suma de varias cosas. Hasta entonces yo era bastante consumista y no me preocupaba por los efectos colaterales que generaban mis decisiones. Pura ignorancia.
Fui sintiéndome más vacía con el paso del tiempo y curiosamente ni siquiera vestía mejor porque había pervertido mi propia personalidad al son de lo que marcaban las tendencias. Lo que más resonó en mí fue ser consciente verdaderamente de cómo se estaban haciendo y cocinando las cosas en el backstage de muchas fábricas y cómo estaba afectando a nivel medioambiental esta forma de producir tan devastadora.
Tenía ante mí tres frentes, el social, el medioambiental y el personal y dije: basta. Hice un curso de moda sostenible y empecé a indagar. A partir de ahí decidí utilizar mis redes para divulgar y, pasado un tiempo, se pusieron en contacto conmigo desde la editorial y año y medio después veía la luz Armario Sostenible.
¿Es necesariamente más cara la ropa eco-friendly? En tu libro hablas de los mitos que rodean a este tipo de prendas. ¿Qué hay de verdad en todo ello? ¿Es la ropa ética accesible para toda la población? ¿Qué es caro o barato? Como he comentado antes, la industria low cost nos ha hecho parametrizar estos términos según la franja que ellos han ido dictando. Más allá de eso, por defecto, todo nos parece caro. Estamos acostumbrados a una política de precios tan reducidos que desconocemos el valor real de las cosas. Así que es habitual que algo que se salga de los actuales precios de referencia en el mercado, determinados por la industria low cost, nos parezca caro.
Más que hablar de moda ética hablaría de consumo consciente e inteligente y eso no es caro o barato, parte del sentido común, de reutilizar y cuidar lo que ya tenemos.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1613991938430{background-image: url(https://adictic.com/wp-content/uploads/2021/02/int1-13.jpg?id=6704) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
«En las últimas décadas, la industria low-cost ha marcado unos precios tan bajos que, ahora, los consumidores parametrizamos si algo es caro o barato en relación a esos precios tan ridículos. Toca reeducarnos en precios justos y es una labor titánica».
[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»70″][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»80″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561554148183{padding-top: 80px !important;padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]¿Dónde sueles comprar tu ropa? No suelo comprar nada con asiduidad, tantos años de consumo me han dejado un armario muy nutrido. Cuando he tenido que reponer alguna prenda, he acudido a outlets para comprar buenos básicos con calidad y diseño para que me acompañen durante mucho tiempo o bien he apostado por firmas de artesanía de vanguardia o autor Made in Spain con las que comparto valores. Me encantan las tiendas vintage y también revolver el armario de mi madre y mi tía, tienen auténticas joyas imperecederas.
En términos prácticos, ¿podrías explicarnos las claves para construir un armario sostenible sin dejarnos la vida (ni el sueldo) en ello? Para construir un armario sostenible lo suyo es empezar por el autoconocimiento. Muchas veces consumimos mal, nos dejamos arrastrar por las tendencias y compramos cosas que no necesitamos fundamentalmente porque no nos conocemos. Esto nos ayuda a ser conscientes de quienes somos y qué mensaje queremos mandar al mundo.
Seguiría por incentivar nuestra creatividad. Cuando somos creativos y sabemos emplear los recursos de nuestro alcance con versatilidad, no necesitamos comprar porque sabemos sacarle partido a lo que tenemos.
Y animaría a la gente a cuidar lo que ya tienen, dispensar un cuidado respetuoso para que les acompañen mucho tiempo. Estas tres cosas son absolutamente gratuitas y están a nuestro alcance.
¿Es la ropa de segunda mano la ropa más sostenible que existe? Lo más sostenible es reutilizar lo que ya se ha producido anteriormente, independientemente del modelo productivo que hubiese detrás, por lo que la ropa de segunda mano es una alternativa muy sostenible ya que permite alargar el ciclo vital de las prendas. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]¿Cuáles son los retos a los que debe de enfrentarse la industria para salir airosa de esta situación de crisis? Reeducar al consumidor en una franja de precios justa, desacelerar el ritmo productivo y el volumen de producción, investigar nuevos biomateriales y procesos de reciclaje textil y, sobre todo, ser honestos y transparentes.
Personalmente, ¿Qué has aprendido de 2020? Creo que nos hemos dado cuenta de la excesiva dependencia que tenemos del mercado exterior. Lo que pasó al inicio de la pandemia con la dificultad de conseguir mascarillas fue preocupante. La industria textil nacional se volcó con la fabricación de mascarillas y eso nos ha dejado una deuda emocional que creo que se debe compensar apoyando al sector con nuestro consumo. En la pandemia a muchos de nosotros nos comía el espacio doméstico la cantidad de objetos acumulados y creo que nos hemos dado cuenta que es mejor vivir experiencias, estar en contacto con los demás, con la naturaleza y con nosotros mismos que poseer y almacenar. Necesitamos menos cosas pero de mejor calidad.
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Fotos: Carlos Rufo. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]