[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Todo auguraba que la hija de una de las tops más célebres del mundo se subiría a la pasarela más pronto que tarde. Lo cierto es que hace un par de años, cuando tan solo contaba con 16, Lila Grace se estrenó como imagen de Marc Jacobs Beauty, pero la propia Kate aseguró hace un tiempo que Lila no tenía pensado seguir los pasos de su madre. Lógico, porque ¿qué puede una esperar de la moda cuando se es la hija de Kate Moss?[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Sin embargo, durante la pasada edición de la semana de la moda parisina, Lila Grace se subía a la pasarela por primera vez y una vez cumplida la mayoría de edad. Y lo hacía nada menos que protagonizando las dos salidas más importantes del desfile de Miu Miu, la primera y la última. Esto nos lleva a pensar que, quizá, Lila Grace haya cambiado de idea y quiera seguir los pasos de su madre. O puede que solamente sea una incursión puntual en la industria y pretenda seguir su camino por otros derroteros.
Sea como sea, estas son las 4 razones que nos hacen pensar que, por mucho que lo intente, Lila Grace nunca será tan famosa como llegó a ser su madre. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1602235749117{background-image: url(https://adictic.com/wp-content/uploads/2020/10/intgrande-15.jpg?id=3955) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
Ser una modelo famosa no es fácil, pero convertirse en un verdadero icono de la moda es algo a lo que solamente pueden aspirar unas pocas. Kate lo lleva siendo desde su primera sesión de fotos con su descubridora, la fotógrafa Corinne Day.
[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»70″][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»80″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561554148183{padding-top: 80px !important;padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]En primer lugar porque ser modelo no es fácil, pero ser un verdadero icono de la moda es algo a lo que solamente pueden aspirar unos pocos. Kate lo lleva siendo desde su primera sesión de fotos con su descubridora, la fotógrafa Corinne Day, mientras correteaba por una playa británica llevando solamente un penacho de plumas y unos pantalones cortos. Tenía solo 16 años, y aquel editorial para la mítica cabecera, “The Face”, inauguró ese estilo noventero bautizado como heroin chic. Delgadez, piel blanca, ropa ancha, mirada lánguida y melena despeinada… marcaron una estética que, a día de hoy, sigue siendo relevante.
Además, Kate fue capaz de algo que muchas no consiguen. Cuando ella fue descubierta, el mundo de la moda estaba dominado por mujeres altas, voluptuosas, sensuales, sofisticadas y poderosas, es decir, en las antípodas de todo aquello que la británica representaba. Sin embargo, no solo fue capaz de hacerse hueco en un universo que no le pertenecía, sino que tuvo la osadía de mezclarse con Naomis, Cindys y Claudias y salir triunfante. –¿Quién pensaría entonces que Naomi Campbell se convertiría en una gran compañera de correrías y juergas nocturnas?–. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]El mundo ya no es el que era en los 90, pero el mundo de la moda no sería el que es hoy si no hubiera existido Kate Moss. A pesar de no ser muy amiga de las entrevistas, la top ha protagonizado algunos de los titulares más escandalosos de la industria y ha salido indemne, resurgiendo con más fuerza cada vez y con una legión de seguidores que siempre se han mantenido fieles. En el mundo que empieza Lila Grace todo es mucho más políticamente correcto, la industria dicta las normas y las modelos han de acatarlas. ¿Alguien se imagina a una modelo de la talla de Kate Moss en los 90 convirtiéndose en una súper modelo en 2020?
Por último, porque el legado de Kate Moss no es comparable al de ninguna otra modelo y, mucho nos tememos, que Lila Grace no lo tendrá fácil para, ni tan siquiera, aproximarse. Por citar algunos de sus hitos: catapultó a Calvin Klein a la fama tras protagonizar sus campañas, semidesnuda, con 21 años; llevó el grunge hasta lo más alto y convirtió el slip dress en un icono de la moda de entonces, pero también de la de hoy y de la del futuro; abandonó las pasarelas porque le aburrían –¿quién más puede hacer (y decir) esto y quedarse tan ancha?–; ella puso de moda las UGG, los short vaqueros con las botas Hunter… llevaba las tendencias antes de que fuesen tendencia. Kate fue una it girl antes de que las it girls existiesen.
Fotos: Gtres images y Cortesía de Vogue.com.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]