[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]“Nuestros maquillajes han de estar libre de cualquier tipo de químicos y de ingredientes tóxicos, pero también queremos que funcionen y favorezcan”. En estos términos se expresan desde la página web de Saie, el último capricho de la cosmética natural que ya cuenta con miles de fans en todo el mundo (incluida la actriz y gurú de la vida healthy, Gwyneth Paltrow).
Laney Crowell es la artífice de esta firma norteamericana que cumple con todos los requisitos que exige la cosmética del futuro. “Todos nuestros productos son un híbrido entre los dos mundos en los que siempre he vivido: la moda y la belleza”, dice en su página web. No en vano, Crowell acabó en Nueva York trabajando para algunas de las cabeceras de moda más prestigiosas antes de que empezase a interesarse por el yoga, la meditación, la nutrición y un estilo de vida healthy en general. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]A partir de entonces –y después de haber fundado su propia website de wellnes, The Moment–, comenzó la aventura Saie, que vio la luz hace apenas un año y planea alcanzar la nada desdeñable cantidad de 22 billones de dólares en el mercado para 2024. El gigante británico Unilever está detrás de una firma que, por ahora, opera como una pequeña etiqueta nicho cuya principal interés es conocer qué quieren sus clientas pero que, todo apunta, será lanzada al estrellato más pronto que tarde.
Sin embargo, el interés del consumidor por la cosmética natural y libre de tóxicos no es nueva. El año pasado, la consultora Grand View Research publicó un informe sobre el sector en el que aseguraba que su crecimiento anual oscilaba entre un 8 y un 10 por ciento y en el que preveía alcanzar los 25 millones de dólares para 2025. Ahora, con la crisis del coronavirus, la fiebre por la belleza orgánica parece imparable. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1598281020031{background-image: url(https://adictic.com/wp-content/uploads/2020/08/INTERIOR_1-18.jpg?id=2712) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
La fiebre por la cosmética orgánica sigue en ascenso. El consumidor quiere saber cuáles son los ingredientes y cómo produce su marca beauty favorita.
[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»70″][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»80″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561554148183{padding-top: 80px !important;padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Al hecho de que cada vez hay más personas con alergias e intolerancias y, por lo tanto, con muchas limitaciones a la hora de utilizar la cosmética tradicional, se suma el parón del confinamiento, que hace que el valor de la salud se haya incrementado notablemente. Esto se refleja no solamente en la práctica de deporte de manera más o menos asidua, en la comida healthy y en la importancia del mindfulness, sino también en el interés por los productos de belleza orgánicos y mucho más sostenibles. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Además, hace algunos años existía la creencia de que lo natural no tenía que tener tan en cuenta la imagen, pero eso no es así hoy en día. De hecho, existen cada vez más marcas de belleza orgánica en el mercado que cuidan sus packagings y sus feeds de Instagram hasta el punto de convertirse en claves definitorias de su éxito.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][gem_image position=»centered» src=»2713″][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=»bottom-to-top» css=».vc_custom_1561555563953{padding-top: 55px !important;padding-bottom: 10px !important;}»][vc_column offset=»vc_col-md-6″][gem_quote style=»1″ no_paddings=»1″ custom_style=»1″ background_color=»#000000″ text_color=»#ffffff» quote_color=»#656565″]
No solo ingredientes de calidad y fórmulas que funcionen, a la cosmética orgánica se le exige también que su imagen sea impecable.
[/gem_quote][/vc_column][vc_column offset=»vc_col-md-6″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Es el caso de Saie. Su equipo, formado por antiguas editoras de moda y belleza y por especialistas de larga trayectoria en el mundo beauty, son conscientes de que para llegar a determinado tipo de clienta no basta solamente con el uso de ingredientes de calidad, fórmulas que funcionen y precios asequibles, sino que construir una imagen de moda y contar con el respaldo de celebrities es fundamental para lograr que, en menos de doce meses, una marca pase de ser una completa desconocida a convertirse en objeto de deseo.
Entre sus best sellers, el iluminador Bouncy Marshmallow los bálsamos hidratantes de labios, la base iluminadora o el kit de esenciales diarios, entre otros. Nada de texturas pesadas o pigmentos densos, si algo tiene Saie es que cualquiera de sus productos es capaz de conseguir ese efecto saludable con poquísima cantidad de producto y, en consecuencia, sin la sensación de llevar demasiado maquillaje. [/vc_column_text][gem_divider margin_top=»50″][/vc_column][/vc_row]