[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]A diario, nuestras manos son la herramienta de trabajo más preciada. Las usamos para prácticamente todo lo que hacemos, con lo que están completamente expuestas a las agresiones externas. Durante años fueron las eternas olvidadas, sin embargo, coincidiendo con el boom de la manicura (accesible), empezamos a ser conscientes de la importancia de unas manos suaves, hidratadas y bien cuidadas.
Pero, como sucedió con casi todo, los cuidados extra en los salones de manicuras se fueron al garete durante el confinamiento. Además, el lavado frecuente, el uso constante de geles hidroalcohólicos y la llegada del frío, son factores que afectan negativamente a la salud y al envejecimiento prematuro de nuestras manos al destruir su capa protectora natural. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Es por eso que no podíamos despedir el 2020 sin una guía definitiva para el cuidado de manos en tiempos de frío, geles hidroalcohólicos y coronavirus.
Hidratación, hidratación, hidratación
Como mencionamos anteriormente, el lavado frecuente y el abuso de jabones y geles destruye la barrera lipídica de la piel de nuestras manos y altera su flora cutánea. ¿El resultado? Grietas que aparecen y que, además de ser antiestéticas, agreden la salud de nuestra piel. La solución a este problema no es otro que hacerse con una buena crema hidratante y aplicarla varias veces –muchas– al día. Y si eres de los que detestan echarse crema constantemente, al menos deberías recurrir a ella después de cada lavado. Si tienes problemas a la hora de elegir qué crema te conviene, presta especial atención a aquellas que contienen vitaminas C y E, de alto poder antioxidante. ¿Nuestra favorita? Un clásico, la crema de manos eight hours cream, de Elizabeth Arden.
También puedes complementar este paso con algún remedio casero. Un truco infalible es, cada noche, antes de acostarnos, ponerlas a remojo en un bol de leche (fría o tibia) durante cinco minutos. Otra opción sería ponerlas a remojo en zumo licuado de pepino.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1607426180901{background-image: url(https://adictic.com/wp-content/uploads/2020/12/int1-9.jpg?id=5326) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
Son nuestra principal herramienta de trabajo y están muy expuestas a las agresiones, sobre todo en tiempos de coronavirus. Hidratarlas y protegerlas con guantes son reglas básicas para mantener unas manos jóvenes y saludables.
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La elección del jabón importa
Dado que nos lavamos las manos incontables veces al día (y así es como debe ser), deberíamos elegir jabones lo menos agresivos posibles con nuestra piel. Hay que tener muy presente que un jabón con detergentes en su composición no va a protegernos más de posibles contagios, sin embargo, afectará mucho más negativamente al manto protector de nuestras manos. En el mercado existen cada vez más opciones naturales, sobre todo en formato pastilla. Eso sí, si te decantas por esta opción, ten en cuenta que una mala conservación de la pastilla puede provocar la proliferación de gérmenes. ¿La clave? Siempre ha de estar seca entre uso y uso. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
Usa guantes en el exterior y por las noches
Los cambios bruscos de temperatura también afectan a la piel de nuestras manos. Por eso, si hace mucho frío fuera, no es recomendable llegar a casa y lavarse las manos con agua muy caliente. El agua muy fría tampoco sería la mejor opción. Como suele ser habitual, en el equilibrio reside la clave del éxito por lo tanto, el agua, mejor tibia. Si ya utilizas guantes en invierno, enhorabuena. Además de su función accesoria son los mejores aliados para evitar las molestas heridas causadas por la bajada del termómetro. Los mejores son aquellos capaces de aislar del frío, con lo que la elección de unos buenos guantes tampoco es baladí.
Por las noches, recurrir al truco que ya ponían en práctica nuestras madres, supone una verdadera cura para la piel de las manos. Aplicar una capa generosa de crema hidratante (a ser posible con ceramidas) y cubrir las manos con unos guantes de algodón fino durante 8 horas, hará que al día siguiente tus manos amanezcan con otro aspecto, nutridas e hidratadas.
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Fotos: Cortesía de Rowse, &Other Stories y Unsplash.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]