[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Lo primero que hago al despertarme es mirar el móvil. No solo para apagar la alarma, sino que ya aprovecho para consultar mi correo, echar un vistazo a las noticias y ver lo que ha pasado en Instagram mientras dormía. Cuando me pongo a trabajar –desde mi casa–, no me despego de la pantalla del ordenador durante unas cuantas horas y los ratos libres los aprovecho para responder algún whatsapp o practicar un poco de Pilates (online). En resumen, paso delante de las pantallas muchísimo más tiempo del que realmente me gustaría, pero nuestras rutinas han cambiado en diversos aspectos y este es una de las transformaciones más evidentes. Y ¡ah! Se me olvidaban las videoconferencias con amigos durante el confinamiento y las que ahora hago de vez en cuando con los que viven lejos. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Según el informe Digital Consumer 24 horas Indoor de Nielsen, los españoles pasamos una media del 47% de nuestro tiempo conectados a Internet. Este porcentaje equivale a 79 horas semanales, es decir, tres días. Demasiado tiempo para una semana de siete.
En el caso de los móviles, la adicción puede provocar nomofobia, acrónimo que proviene del inglés no-mobile-phone phobia que se manifiesta con miedo a estar incomunicado sin teléfono móvil. El 53% de los usuarios de smartphones sufre ansiedad cuando experimenta esta situación, según el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA).[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1604667758204{background-image: url(https://adictic.com/wp-content/uploads/2020/11/int1-6.jpg?id=4577) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
La bruma de Ikons Gallery, Digital Mist, posee la particularidad de que se activa frente a una pantalla. Es decir, tu piel mejora mientras escribes un correo electrónico. El activo Algae Blue Light es el responsable de reparar el ADN celular cuando nos exponemos a este tipo de luz.
[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»70″][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»80″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561554148183{padding-top: 80px !important;padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]En cuanto a los efectos relacionados con el aspecto físico, pasar tantas horas delante de las pantallas acelera nuestro proceso de envejecimiento, acentúa las arrugas en el cuello –el conocido efecto tech-neck–, y provoca la aparición de manchas y pigmentación irregular sobre la piel del rostro al estar expuestos a grandes dosis de luz azul.
El problema es que, aunque puedas reducir el tiempo de exposición durante el ocio, lo cierto es que las jornadas de trabajo son largas y esas no se pueden evitar. ¿Y cuáles son las buenas noticias dentro de todo este drama? Que cada vez, más firmas de belleza lanzan productos destinados a prevenir o, al menos limitar, los efectos negativos de la luz azul. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]La bruma de Ikons Gallery, Digital Mist, posee la particularidad de que se activa frente a una pantalla. Es decir, tu piel mejora mientras escribes un correo electrónico. El activo Algae Blue Light es el responsable de reparar el ADN celular cuando nos exponemos a este tipo de luz y, además, de generar una barrera protectora que impide que este tipo de luz perjudicial incida directamente sobre la piel de nuestro rostro. Además, es fresca, es agradable y puedes aplicarla cuantas veces quieras. En esta línea, la marca farmacéutica Atashi, ha lanzado una gama de mascarillas y limpiadores especialmente formulada para evitar el deterioro de la piel por este tipo de radiaciones. Con esta premisa nace SuperNight, la línea de noche de Atashi que se adecúa a casi cualquier necesidad.
La bruma Ultra Revitalising Elixir, de Twelve Beauty, contiene extracto de malva silvestre para calmar la piel irritada, niacimida para mejorar la función barrera y bloquear la excesiva formación de melanina, extracto de buddleja (arbusto de las mariposas) que repara el ADN de los queratinocitos y extracto de artemisia, una planta que es un potente antioxidante.
Fotos: Cortesía de Ikons Gallery, Atashi y Unsplash.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][gem_image position=»centered» src=»4578″][/vc_column][/vc_row]