En el balance económico presentado esta semana, el grupo Inditex ha declarado que ha salido de pérdidas y ha ganado 671 millones de euros en los nueve primeros meses de su año fiscal (comprendido de febrero a octubre). Se trata de un 75,3% menos de beneficio y un 28,9% menos de ventas que en 2019, pero lo destacable es que abandona los números rojos, en un año en que el resto de los gigantes del textil no han logrado salir de ellos. El mismo Inditex cerró la primera mitad del año con unas pérdidas de 195 millones de euros.
Durante el segundo trimestre se observó un aumento de las ventas, motivado por la reapertura de sus tiendas tras el confinamiento. Una tendencia que se ha mantenido en el tercer trimestre en el que, sin embargo y según la compañía, han permanecido cerrados una media del 5% de sus establecimientos.
La venta on line ha sido uno de sus pilares fundamentales. En el tercer trimestre ha aumentado un 76%, y durante la primera mitad de año un 74%. La intención de la empresa es que, en 2022, las ventas on line compongan el 25% de la facturación total (en su último ejercicio eran el 14%). Para ello continuará invirtiendo en tecnología. Dos ejemplos: su modo tienda, que comenzó con Zara, está también disponible en Massimo Dutti desde este otoño. Y el pasado septiembre, Lefties era la última de sus marcas en incorporarse al e-commerce. He ahí la estrategia que le ha permitido encajar mejor el impacto de la pandemia: la omnicanalidad.
Inditex puso en marcha ese concepto en 2012, de modo que desde entonces, tanto sus tiendas físicas como on line funcionan como un único negocio. Eso le ha permitido adaptarse mejor a las circunstancias y tener una mayor capacidad de reducción de stock, otro de los aspectos clave y para lo cual está desarrollando una plataforma tecnológica propia. En el primer semestre de 2020, su stock fue un 19% menor que en el mismo periodo del año anterior.
¿Será Inditex el espejo donde se miren otros gigantes del sector para afrontar el incierto 2021?
Foto: Silviu Beniamin Tofan / Unsplash