[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Pierre Cardin poseía esa sabiduría que solamente se atribuye al sentido común. El diseñador siempre será recordado como uno de los grandes impulsores de la renovación alta costura tras la Segunda Guerra Mundial, pero también como el gran revolucionario de la escena parisina en los años 60, junto con Paco Rabanne y André Courrèges.
Nacido en la localidad italiana de San Biagio di Callalta en 1922, el creador que defendió una moda democrática, ha fallecido en el hospital de Neuilly tras una vida dedicada por completo a la industria.
A solo dos días de que comience el 2021, el mundo de la moda vuelve a vestirse de luto tras despedir, hace apenas una semana, a la modelo británica Stella Tennant.
[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Formado en arquitectura, Pierre Cardin comenzó muy joven a trabajar a las órdenes de Elsa Schiaparelli, con quién aprendió las reglas del funcionamiento de la costura. Con veinticinco años pasó a dirigir el taller de Christian Dior, en París y, tres años más tarde, rechazó trabajar para Balenciaga y decidió fundar su propia compañía, con la que seguiría trabajando en el mundo de la alta costura. Sin embargo, nunca estuvo satisfecho con el carácter elitista de la moda y, en 1959, se alió con los almacenes Printemps para lanzar una colección a gran escala. Era el comienzo de la moda más barata, funcional y accesible y, sobre todo preparada para un mundo que estaba a punto de cambiar.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1609261777858{background-image: url(https://adictic.com/wp-content/uploads/2020/12/int1-32.jpg?id=5812) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
Pierre Cardin será recordado como uno de los grandes impulsores de la renovación alta costura tras la Segunda Guerra Mundial, pero también como el gran revolucionario de la escena parisina en los años 60, junto con Paco Rabanne y André Courrèges.
[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»70″][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»80″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561554148183{padding-top: 80px !important;padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Los 60 fueron la década de los diseños en clave futurista, de los estampados geométricos y de las prendas unisex. Pierre Cardin inventó la moda no-gender mucho antes que el mundo de la moda comenzase a hablar de ella. En plena liberación sexual europea, el diseñador jugó con las siluetas y con el largo de las faldas adentrándose en terrenos no explorados antes por otros modistos. 1965 sería el momento de explosión de la minifalda (cuyo largo se acortó hasta llegar a los 35 centímetros). Todavía hoy no está claro si la revolución que supuso esa nueva prenda que mostraba las piernas femeninas se debe a la británica Mary Quant, a Andrè Courrèges o al propio Cardin. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]El diseñador fue uno de los primeros en pensar su marca como una firma global y en incluir toda clase de bienes ajenos a lo que entonces se consideraba estrictamente moda gracias a la concesión de licencias, lo que lo convirtió en el tercer hombre más rico de Francia. En los últimos años seguía inmerso en el funcionamiento de la casa y a comienzos de 2020 abría la última de las tiendas de su firma, Studio Pierre Cardin, en la famosa rue Saint Honoré de la ciudad de París.
Hoy decimos adiós a un hombre que se entregó en cuerpo y alma a su trabajo, que recordaremos trajeado, con sus gafas de pasta negra y el pelo blanco impecablemente peinado, con raya a medio lado.
Si quieres formar parte de la revolución en la moda, visita adictic.com y descárgate nuestra app.
Fotos: Gtres online. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][gem_image position=»centered» src=»5813″][/vc_column][/vc_row]