[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Desde los grandes diseñadores de pasarela hasta pequeñas marcas independientes y las grandes multinacionales textiles, no existe retail que no cuente con su propia versión de la camisa blanca. Y es que mucho antes de que Jacquemus hiciera de esta prenda el vestido más buscado del verano, lucir una camisa blanca de inspiración masculina ha sido el gesto de estilo favorito de la actriz Susan Sarandon, pero también de Lauren Hutton, Jane Birkin y otros iconos de estilo a los que siempre conviene recurrir. En este sentido, el cine y las estrellas del séptimo arte siempre han sabido abrazar las bondades estilísticas que ofrece una camisa blanca. ¿Acaso alguien ha podido olvidar la imagen de Audrey Hepburn con su camisa de esmoquin y su antifaz turquesa en “Desayuno con diamantes”? Y aunque nada tiene que ver con esta, Angelina Jolie también se puso la camisa blanca de Brad Pitt en “Sr. y Sra. Smith”. Nunca un gesto tan masculino nos ha parecido el colmo de la feminidad. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]El éxito de esta prenda radica en que es un verdadero lienzo (en blanco). Con poder y capacidad para adaptarse a todo tipo de estilos, la camisa blanca masculina es tan legendaria como un par de pantalones vaqueros. Así, mientras que los diseños van variando cada temporada según las tendencias, las formas de combinarla no han cambiado demasiado en los últimos años.
Las danesas la combinan con minifaldas vaqueras, aunque también suelen llevarla superpuesta y anudada sobre camisetas de tirantes. Para las parisinas, el combo ganador es, sin lugar a dudas, el que forman una camisa ligeramente oversize y unos vaqueros rectos, aunque en los últimos meses, a veces, la camisa de silueta clásica se sustituye por otra versión, mucho más femenina, con algún detalle inesperado, mangas abullonadas y cuello bobo. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1612782349514{background-image: url(https://adictic.com/wp-content/uploads/2021/02/int1-8.jpg?id=6582) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]
Desde los grandes diseñadores de pasarela hasta pequeñas marcas independientes y las grandes multinacionales textiles, no existe retail que no cuente con su propia versión de la camisa blanca.
[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»70″][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»80″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561554148183{padding-top: 80px !important;padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Y es que la camisa blanca puede cambiar por completo su carácter dependiendo de cómo se lleve, aunque hay una fórmula universal que funciona siempre y que está por encima de las modas y las tendencias más pasajeras. En corte clásico, con las mangas remangadas y escote ligeramente abierto y combinada con cualquier otra prenda, bien sea unos vaqueros rotos y de aire vintage a una falda de alta costura, este clásico del guardarropa con vocación atemporal, se erige como la opción perfecta para los 365 días del año. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Por eso, y a pesar de que las tendencias se esfuerzan en hacernos creer que han venido para quedarse cada temporada, solo ciertas prendas son capaces de situarse por encima de cualquier corriente fugaz y con fecha de caducidad. Y, qué duda cabe, la camisa blanca es una de ellas.
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Fotos: Cortesía de &Other Stories. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]